A los tumbos

Así consideramos que está la sociedad mundialmente, repasá con nosotros lo que han sido estos quince días y lo que viene en la novena edición de PALABRAS MACABRAS.

Al ponernos a pensar cómo comunicarles a ustedes, nuestros lectores, lo que piensa, o lo que propone PALABRAS MACABRAS cada quince días, intentamos atenernos a lo que sucede en el mundo en el país y lo que nos afecta culturalmente como sociedad, tanto para bien como para mal. Entonces nos encontramos con países que buscan hacer negocios con las guerras, en asuntos que no son justamente de su incumbencia, los vemos de afuera y no decimos nada, no nos afecta del todo, pero también nos podríamos poner a pensar qué pasaría si el día de mañana la pesa cae para este lado del mapa y los beneficiarios de armas químicas imaginadas por la máscara presidencial norteamericana seamos los argentinos, qué disfraz nos pondremos. Hollande, presidente de Francia, o el primer ministro turco hablan de darle un castigo a Siria, por la cantidad de civiles muertos. Ahora, la editorial de Palabras Macabras se pregunta a los gritos ¿Dónde estaba Francia, Turquía o EEUU en el año 1976 hasta 1982? Porque acá en argentina desaparecieron 30.000 personas y se sabía en el mundo, pero al parecer eso para los EEUU o para Francia no era de su incumbencia.

Por otra parte, un personaje destacado de nuestra sociedad, conocidos por todos los mendocinos como el loco Juan, en el transcurso de la semana pasada fue detenido por presunción de un intento de “abuso sexual”, la raíz del problema fue una madre asustada porque el señor, que no está en todos sus cabales debemos reconocer, pero eso es lo que lo destaca en esta sociedad y por lo que nunca se lo molestó, y se lo dejó ser, este señor abrazó de la cintura a una niña y le besó la mejilla. Quizá podamos entender el susto de la madre, solamente quizá. Pero lo que no podemos entender bajo ningún aspecto, es el accionar de la policía y obviamente de la fiscalía, metiéndolo preso e intentando hacerle una pericia psicológica, para determinar si es imputable o no.

Hay más, tenemos un gran respeto por el asesinato de Ángeles y hacia su familia, pero lo que no entendemos es por qué los medios televisivos juegan con el morbo de la gente, y hacen de un caso horrible, un caso totalmente mediático, que sacan a la luz una duda muy grande: ¿es incompetencia judicial o realmente es tan complicado el caso?

No solamente hablamos de noticias que ustedes ya deben haber leído en los medios oficiales, también les contamos sobre la obra de teatro “La Obra de Arte” interpretado por el elenco EQT y dirigida por José Carlos Chiófalo, que se presentó el domingo 25 de agosto en el espacio cultural “Julio Le Parc”, les presentamos a Teresita Castrillejo en un reportaje donde expuso muchas cosas interesantes. 

Por último y no por eso menos importante, la editorial de PM quiere extender su agradecimiento a Bruno Dolche por su paso por la revista, por lo que dejó en ella y la influencia que supo dejar aquí, te agradecemos Bruno y te deseamos suerte en tu vida. Y como hay una despedida, también hay una bienvenida, Bienvenidos Marce y Lucas, los chicos de Vamos Las Bandas Mendoza, que presentan su primera nota en PM, pásense por MendoMúsica! y si les gusta opinen sobre la nota (si no les gusta también pueden hacerlo, pero dudamos que esto pase). Palabras Macabras, una vez más, un número más les agradece el aguante a todos nuestros lectores, y a los nuevos artistas que van apareciendo. Llegó el número 9, la novena edición que viene con todo. 

El 18 y 25 de Agosto el “Proyecto EQT” presentó en el Espacio Cultural Julio Le Parc su obra estandarte, “LA OBRA DE ARTE”, una muy cómica y libre adaptación del cuento homónimo, del cuentista ruso Antón Chéjov,  publicado en 1886.

Por Vicky Paganini y David Alós

“La obra de arte es una obra que la queremos mucho porque fue la primer obra del grupo” nos contaba José Carlos Chiófalo, director de la obra.

Como toda nota de esta revista, no se los aburrirá a los lectores contándoles la trama de esta obra, sino la valoración de ella en sí y de lo que le produce a uno verla. Lo único que les adelantaremos es lo que nos contó el director de la obra: “La obra de arte es un cuentito de una carilla de Antón Chéjov y yo hice una adaptación un poco más grande, le agregué un personaje,[…]” y para interesarlos aun más, el slogan de esta obra (que se repite varias veces a lo largo de ella), “lo obsceno deja de ser obsceno, cuando se transforma en arte”.

Ahora sí podemos hablar de sensaciones, de un trabajo arduo de los actores y que tiene como consecuencia una actuación y puesta en escena impecables. Los trabajos en voces de todos los actores, como el vestuario, acorde a la época; un maquillaje bien equilibrado con la iluminación del escenario. Logran crear así una química interesante entre el público y el elenco en escena.

Si bien el “Proyecto EQT” demostró un esfuerzo inmenso para difundir la obra, una vez más las “políticas culturales mendocinas” demuestran ser poco eficientes en el tema de difusión, “[…] lo que veo, es la difusión en general, la difusión en los medios es bastante baja. Yo lo comparo con hace quince años atrás, había un suplemento donde salían todas las obras mendocinas, hoy en día es difícil que te saquen una gacetilla y eso que nosotros las mandamos […]” nos contaba Chiófalo luego de finalizar la presentación. José nos aclaró que el problema no es el Le Parc, ya que la programación del espacio se comunica a través de la televisión, pero no es lo suficientemente constante. Por todas estas idas y vueltas de la difusión, los chicos de EQT no pudieron presentar su obra a la sala llena; no obstante el actor Ariel González le concedió dos minutos de micrófono a PM: “Se cumplieron las expectativas, nos tuvimos que mover bastante pero hemos tenido una buena convocatoria, así que estamos dentro de todo bastante conformes y contentos”

                  El elenco se demostró muy agradecido al espacio Le Parc y a sus técnicos. Pero dejaron entrever el tema organizativo de este espacio cultural, la obra que debía empezar a las 21.00 horas, comenzó a las 21.30 porque la organización del lugar entregó tardísimo la sala. Ariel nos comentó también que estaban “muy contentos por conseguir fecha en un lugar que sabemos que cuesta un poco conseguirla”, y una vez más los macabros ponemos el grito en el cielo y nos preguntamos, ¿por qué es tan difícil conseguir fecha en un lugar creado justamente para estas presentaciones artísticas?. Obviamente todavía no recibimos otra respuesta que “todos se merecen la oportunidad”, pero no es complicado ver que hay demasiadas figuritas repetidas en el Le Parc y pocas “obras de arte”.

Nos despedimos recomendándoles tanto esta obra como cualquier nueva presentación de este proyecto, ya que demuestran su profesionalismo en lo que hacen así como su pasión por el teatro. Con estas dos cualidades no nos dejan otra alternativa que exaltar con mucho orgullo a estos artistas mendocinos con todas las letras. PM les agradece a todos y cada uno de los que forman parte de EQT por dejarnos pasar y convidarnos un poco de su mundo y su ARTE.

                  “Gracias a ustedes por venir y por apoyar al arte mendocino” cerraba Ariel González y Chiófalo concluyó la nota con un “Muchas Gracias a Palabras Macabras por el Apoyo”.

 

FICHA TÉCNICA

Autoría: Anton Chejov

Actúan: Sara Amores, Cristian Coria, Violeta Falcón, Ariel González, Raúl Ricardo Rojas

Producción: Paula Ruiz Ávalos

Dirección: José Carlos “Baby” Chiófalo

 

Trailer de la Obra:

Precisión

Por franchute

Soy un hombre precavido. Muchos me han acusado falsamente de paranoico, pero no creo que sea así. Uno lee rostros, interpreta gestos y descubre miradas. Al final termino descubriendo que una simple cara, una tierna sonrisa o un parpadeo, esconden intenciones macabras. Me obsesiono permanentemente con tal idea, y me quedo en la plaza, aparentando inocencia con migas de pan en mis pies para alimentar a las palomas; una costumbre vieja y solitaria en mí. El gran don que me ha sido brindado, y que luego perfeccioné, me ha alejado de la sociedad y me ha separado de mis amigos. He descubierto malas intenciones hacia mí en cada uno de ellos y me he alejado hasta convertirme en un ermitaño. Pero esta cuestión poco me interesa, pues aquellas personas no tenían buenas intenciones...

Así me quedo yo, sentado, mirando lo que a muchos les parece imperceptible, lo encuentro, a unos metros de mí una pareja de adolescentes sentados sobre una manta en el pasto... están discutiendo. El rostro del chico delata y me indica que la relación está terminando. Un poco más lejos, al lado de la fuente veo un muchacho que observa la cartera de aquella chica. Se la va a robar. Pero me llama poderosamente la atención la actitud de un pibe que a lo lejos se encuentra parado con las manos detrás de su cuerpo. Algo oculta, y mira cómplicemente a otras personas. Las miradas no me gustan nada, lentamente comienzan a acercarse a la muchacha, ¡van a secuestrarla!

Por fin tengo la oportunidad golpeando a mi puerta, tantos años de intromisión y de rigurosos análisis dan sus frutos.  Es mi momento.

Uno piensa cómo las circunstancias a veces son un poco injustas y tiránicas. Me gustaría que en este momento estuvieran aquí todos aquellos pseudo-psiquiatras que intentaron internarme, y me dieron todo tipo de diagnósticos y medicamentos inútiles. Pero no importa, estoy seguro que mi acción me llevará a la portada de algún diario prestigioso.

Salgo disparado como un rayo, mientras busco en la corrida a mi fiel y cómplice amigo de  ocasiones, mi querido gas pimienta. Me acerco velozmente y rocío a mansalva el poderoso aerosol sobre los ojos de los atacantes. He evitado la tragedia, soy un héroe. Me doy vuelta para recibir los elogios de la dama que salvé, pero solo recibo puñetazos en mi rostro e insultos a mi espíritu. Lentamente comprendo la escena: una sorpresa a la nueva egresada de la facultad que está en la esquina. Veo los huevos rotos que el muchacho ocultaba y varios paquetes de harina q tenían los demás compañeros. Me siento como un imbécil, un idiota, un pelotudo. En definitiva, como todos los calificativos que recibo en la plaza.

Me alejo del lugar en silencio y arrastrando los pies. Solo levanto la mirada, veo a una pareja de adolescentes besándose apasionadamente sobre una manta en el pasto, veo una chica con una cartera sentada en la fuente. Veo a un muchacho que no deja de mirarla… pero no les presto demasiada atención... no los he visto antes...

 

¿Quién es el monstruo?

¿Por qué perseguía a mi hermoso colibrí?

¿Las personas lo están escondiendo?

Necesito Saberlo.

Yo prometí protegerla.

 

Solía ver las flores en la plaza, amaba verlas. Ella era muy hermosa, por dentro y por fuera. También cantaba, su melodiosa voz hacía vibrar mis oídos. Pero la gente quería hacerle daño, las personas la envidiaban, no podía confiar en nadie, solo me tenía a mí. Yo le ofrecí mi ayuda, porque con solo ver su brillante cabello negro me enamoré

Miranda estaba asustada, decía que un monstruo la seguía a todas partes. Intenté averiguar dónde estaba, pero aun no consigo encontrarlo. Todo se volvió más complicado; querían lastimarla, querían aprovecharse de ella. Pero yo alejé de Miranda a todas esas malas personas. Estaba asustada, decía que el monstruo la estaba destrozando. Yo tenía tanto miedo como ella.

                  ¿Dónde se oculta la bestia?
            ¿Acaso la busca cuando no estoy?
            ¿Aparecerá solo cuando me voy?
            Necesito saberlo, yo prometí protegerla.

                  No tuve otra opción. La escondí en una hermosa jaula, porque afuera todo era peligroso. Quería encontrar al monstruo y luego liberarla cuando todo estuviera seguro, pero no pude encontrarlo. Decía que el monstruo lastimaba a la gente y que estaba siempre cerca de ella, decía que la asfixiaba. Era un monstruo repulsivo, debía ser eliminado.

¿Por qué querría lastimarla?
            Necesito saberlo, yo prometí protegerla
           

Enfermó, su voz empezó a enmudecer y sus alas dejaron de aletear. Le traje todas las flores de la plaza, pero estas se marchitaron, al igual que su alma. Todo por su culpa. Miranda quería salir. El monstruo la engañaba, quería hacerla salir de la jaula para alejarla de mí y herirla. Pero yo fui más astuto, por eso no la pude dejar salir. Ella no entendía, estaba confundida, si la dejaba salir el monstruo le  haría daño. Quizá debía descansar, en sus sueños podría estar segura y relajada. Si dormía no saldría de la jaula y se quedaría conmigo por siempre.

¿Quién mató a mí colibrí?
¿Acaso el rey ordenó su muerte?        
¿Acaso el monstruo la envenenó?
Necesito saberlo, yo prometí protegerla.

Notes: Un Mendocino uniendo música de todo el mundo.

La idea es alocadamente buena: regalarle el producto elaborado profesionalmente con tapa, contratapa, imagen en disco y demás, a quien quiera escuchar lo que hacen estos artistas de todo el mundo. Sin pagar ningún precio. “No voy a sacar plata con música de otros”.

Por Bruno Dolche

“Hay dos maneras de vivir la vida, una como si nada fuera un milagro y la otra es como si todo fuera un milagro…”

Hace quince días que volví con ella, y los catorce días siguientes fueron casi tan parecidos a una utopía. Pero como dicen por la calle, no todo es color de rosas. Ayer, como todas las noches tristes de mi vida, volví a mi casa; bueno… casa es un decir, es un departamento mono ambiente. En fin, abrí la puerta y encendí la luz, el departamento estaba más frío de lo común, alcé la vista y me di cuenta de la peor tragedia de todas. Habían desvalijado mi departamento: el lavarropas a paleta, el televisor blanco y negro de mi abuela, el colchón, y hasta las sillas de totora rotas. Pero hay algo que me duele, y no sé cómo encarar la situación. Me robaron la caja con las fotos de mi novia y las cartas que me regaló; cada hora que pasa la desesperación me inunda cada vez más.

                  Salgo de la comisaría, luego de estar dos horas haciendo la denuncia. Camino por Rioja y Catamarca, subo por Catamarca sin rumbo. Mi celular suena, es ella, pero tengo miedo. No sé cómo decirle que se perdieron todas nuestras fotos, nuestra historia tirada a la basura por unos malvivientes. Ella seguramente va a pensar que al pelearnos yo tiré todas las fotos. En este momento no tengo manera de demostrar lo contrario. Doblo por San Juan, voy llegando a Garibaldi y me encuentro con un bar, me digo a mí mismo ¿por qué no?, es solo una cerveza durante el camino. Entro al bar, tiene toda la fachada de un tugurio. Al cruzar las puertas vaivén un dolor repentino de cabeza me ataca y una ralentización en el tiempo que transcurre, pero esta vez no me toma desprevenido: sé lo que viene. Comienzo a analizar el lugar en busca de ese personaje con el que entablaré una charla.

                  Al final del salón, la única mesa ocupada está casi tapada por humo de tabaco. Detrás de ella, un hombre despeinado, fumando pipa, con un bigote facho, pero su cara produce simpatía. Igualmente yo sé quién es, es casi imposible no darse cuenta de quién realmente se trata.

                  Me invita a tomar asiento, pero antes, con un gesto me pide que me detenga, me señala la barra y me dice: “Nos tendremos que servir solos, la moza salió hace quince minutos y todavía no vuelve. Se debe hacer todo tan sencillo como sea posible pero no más sencillo.” Sirvo de una cafetera dos tazas grandes de café y los acerco a la mesa.

                  -Hace mucho tiempo que no tengo amigos para hablar y de alguna manera estos encuentros me han servido para tal fin.-Le digo apenas me siento, él me mira perplejo

                  -¿Qué encuentros?

                  -No importa, pero de alguna manera te veo y me dan ganas de hacer catarsis con vos.

                  -Adelante, si tu intención es describir la verdad, hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre-me tranquiliza saber que está dispuesto a escucharme.

                  - Hasta ayer, podía considerar que mi vida era feliz, tenía una novia, una casa, muchas fotos y cartas; recuerdos que me daban el impulso para pensar en el mañana con ella a mi lado, y eso se desvaneció porque ya no sé si hay un “hoy”.-al levantar la mirada, veo de vuelta esa cara de asombro, como si no entendiera de qué estoy hablando.

                  -Ejem…Tendremos el destino que no hayamos merecido. Igualmente muchacho, no pienses nunca en el futuro porque llega muy pronto.-inmediatamente comprendo que su cara no es de desconcierto, sino que esa mirada connota que está acudiendo a su ingenio.

                  -Excelente, no pienso más en el futuro, y podría decirme señor, ¿cómo progresaré sin pensar en mi futuro?

                  -La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices.-una vez más, una aparición, ya habitué en mi vida, me dejaba vacilante. Cuántas cosas todavía me faltan aprender, como dirían en mi barrio no puedo perder más el tiempo y sacarle el jugo a esta situación.

                   -Es fácil opinar desde su posición, un supuesto erudito. Pero yo digo, ¿su campo de investigación no estaba uno muy alejado al de la filosofía?

                  -Triste época la nuestra. Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio. Pero en algo estoy de acuerdo contigo, una velada en la que todos los presentes, o sea nosotros dos, estén absolutamente de acuerdo es una velada perdida, ¿tú crees que esta es una velada perdida?-al terminar de preguntar se le dibuja detrás de ese bigote prominente una sonrisa más que macabra.

                  -No, claro que no. Pero póngase un poco en mi lugar, me está dejando como un ignorante.

                  -Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.-la sonrisa persiste en su cara. Pensé dos segundos sobre qué hablarle.

                  -Tiene razón en eso, pero me da miedo el futuro, no puedo dejar de pensar en ello-me sentí estúpido en ese momento reincidiendo en el mismo tema-porque es todo un misterio para mí-como todos los personajes de mis apariciones, ipso facto ya sabía él qué decir y cómo decirlo.

                  - El misterio es la cosa más bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos.

                  -Pero sigue sin decirme la solución a mi problema

                  -Será porque la formulación de un problema es más importante que su solución. Pero, no estás en mal camino, lo importante es no dejar de hacerse preguntas pues si no chocamos contra la razón nunca llegaremos a nada- finalmente me convenció, mi problema no era tan grave, tenía que vivir el día de hoy con total plenitud, y mañana preocuparme por mañana. Mi cabeza descansa por unos momentos, nada se me viene a la mente, no sé qué decir y el silencio cada vez es más incómodo. Las tazas están vacías sobre la mesa y recuerdo que podía quedarme allí solo un momento, ya que debía ir a casa de ella a explicarle lo sucedido. Me levanto bruscamente, me voy; a mitad de camino me doy cuenta lo descortés que fui al retirarme sin saludar. Me doy vuelta, me acerco a la mesa y le extiendo la mano; esboza una sonrisa al verme volver, se levanta y me da un buen apretón.

                  -Sabía que no te irías sin saludar muchacho y recuerda que hay dos maneras de vivir la vida, una como si nada fuera un milagro y la otra como si todo fuera un milagro, está en tus manos… saludos a tu novia.

                  -Adiós Albert, estoy apurado, igualmente muchas gracias por el consejo.

                  Salgo del bar, miro mi celular, doce llamadas perdidas, me acobardo, no la llamo, le mando un mensaje diciendo “estoy llegando, me atrasé, perdón. TE AMO”

Gabriel García Márquez

Entonces, ¿Pactamos?

Colombia, 26 de agosto de 2013

Apalabrados y macabros:

                                   Ha sido fascinante, para mí, reencontrarme con mis poemas, que añoro, pues han sido la flor de mi lozanía. Al leerlos, recorrí con mi mente lugares de mi corazón, y la nostalgia se hizo dueña de mis actos, dejando caer una lágrima de emoción.

                                   Me produce satisfacción saber que están al frente de un movimiento de esta magnitud, que nos honra a los viejos escritores y que les da la oportunidad de mostrarse a los que se encuentran en el constante devenir. Y me afecta de manera muy positiva, a esta edad de mi vida y con un camino como el que he recorrido, hallarme frente a una propuesta tan diferente. La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado. Esto es lo que a mí me ocurrió al leer la invitación que me hicieron llegar.

                                   Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre. Esta sugestiva metáfora sirve para  compararla con el principio de la escritura; en el mágico momento en el que un alma se embarca en la travesía del lápiz y el papel, queda por siempre preso en la jaula de la liberación y de la expresión por medio de palabras. Ya nunca, nunca más volverá a ser quien era antes.

Y esto, justamente, es lo que le pasó a mi jovencísima cómplice Marianel. La dulce y blanca Marianel, mi blanquita, quien escuchó mis consejos de viejo para escribir, siempre le repetí lo mismo: la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla. Y aprendió a contar, Blanquita aprendió a contar el mundo como ella lo vive, como ella lo siente, y me siento un viejo orgulloso, porque la vida no es sino una continúa sucesión de oportunidades para sobrevivir, y en estos pequeños actos, yo sobrevivo, yo soy.                        Gracias, compañeros, por dar lugar a los jóvenes, para que se animen a escribir. Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez; que mejor manera de darse a luz que a través de la palabra.

                  Un abrazo enorme.

GABO.

Marianel "Blankita" Falconer

Ya te tengo

Te despertaste con la boca seca… el resfrío te obligaba a usarla para respirar y la sensación te resultaba odiosa…

Te levantaste protestando… pensando en que si no hubiese sido por la sed hubieses dormido unas horas más…

Desayunaste té, entibiado con un poco de agua fría, debido a que ella te acostumbró porque así lo bebías más rápido.

Mientras desayunabas no pudiste evitar recordar su sonrisa de dientes blancos y su buen humor matutino… y de golpe, como un meteorito a la mente, el recuerdo de su guante en tu mano volvió a atentar contra tu integridad emocional… Volviste en sí, y al ver en el reloj que se te hacía tarde, tomaste con un sorbo largo lo último que quedaba en tu taza; agarraste de un arrebato la campera de mayor abrigo, la corbata color gris académico y el maletín de la oficina…

Camino a esperar el micro las imágenes reaparecieron como un rápido espiral sin fin… y la historia de tu reciente esposa recrudeció en tu conciencia.

Amabas esquiar, lo hacías desde soltero, pero ella siempre lo vio muy peligroso; sin embargo lograste convencerla de ir a la montaña como viaje de luna de miel, y después de unas rápidas lecciones ella se alzó con entusiasmo hacia la plataforma de nieve; porque le habías prometido siempre brindarle protección, y por ello aún hoy te culpas.

Tú la seguías de cerca. Tomó el camino incorrecto. Aceleraste el paso. No lograbas alcanzarla. La viste caer al vacío. Tu corazón no podía ser contenido dentro del cuerpo. Llegaste a la cornisa. Lograste verla sujeta de una hierba mala, y una metáfora de humor negro te arrebató el alma.

Poco a apoco la hierba se desprendía, pero lograste tomar su mano derecha entre las tuyas y le gritaste “no seas idiota, ya te tengo”… el guante se resbalaba… inevitablemente era muy grande para su mano de colegiala. Alcanzó a decirte con los ojos llenos de lágrimas “no te preocupes, sé que hiciste lo que pudiste”. Y cayó al vacío. Y desde ese momento todo ocurrió en cámara lenta.

La viste darse duros golpes contra las rocas entre quejidos de dolor. Deseaste ser sordo, y también ciego. Pronto los quejidos se detuvieron para terminar en un gran charco de sangre… Y el tiempo retomó su curso normal.

Subiste al micro y te sorprendió ver gente diferente a la de todos los días. Te sentaste en el último asiento, como de costumbre, y para pasar el rato mordías tus labios arrancando el pellejo seco e ideabas una máquina del tiempo para poder tomar otras decisiones: ir de luna de miel al Caribe… cambiar tus palabras por “mi amor, ya te tengo, y no te voy a dejar caer”… tomarla de la muñeca, punto más seguro para devolverla a tu lado.

“Ya te tengo, ya te tengo, ya te tengo”… esa frase vacía por los hechos te quitaba el sueño durante la noche, y la vida durante el día.

Ese guante derecho que pusiste en tu mesa de luz... decisión masoquista… verlo te recordaba ese maldito instante eterno… pero también te recordaba cuanto extrañabas sus manos siempre suaves…

Viste tu reloj y te diste cuenta que estabas a destiempo. Te habías despertado antes y el micro en el cual subiste era de una hora anterior; y como descubriendo el resultado de una complicada ecuación pensaste: “eso lo explica todo”. Entonces decidiste gastar tu hora de adelantado en la plaza antes de partir a la oficina.

Pediste permiso a una mujer de edad avanzada cuyo perfume era un atentado a los sentidos, y bajaste del micro de una hora antes.

Una vez en la plaza, caminabas despreocupado y mirabas a las palomas dormir en los cables, mientras evitabas con pasos largos pisar sus cagantinas frescas. Cuando de repente una niña que jugaba corriendo cayó delante de ti y rompió en un llanto seco. Te sacaste las manos de los bolsillos que las mantenían calientes y tomándola por las axilas la pusiste de pie rápidamente. Buscaste con la vista esperando que una madre apareciera disculpándose por su descuido o bien reprimiendo a la niña por haberse alejado más de lo permitido.

Nadie apareció.

Calmaste a la niña, mientras le sacudías las rodillas, luego le preguntaste por su madre. La niña mintió diciendo que estaba cerca y que ella prefirió quedarse en la plaza para poder entretenerse mejor.

Decidiste gastar tu tiempo cuidando a la niña hasta que su madre apareciese. Y por un buen rato los recuerdos del guante derecho de ella desaparecieron.

Ayudaste a la niña a subir al tobogán, a escalar árboles y le enseñaste a columpiarse sola con un simple impulso de las piernas.

Hablaste por un buen rato con ella, y hasta la convenciste de que estabas construyendo una máquina del tiempo.

No lo notaste, pero los cordones de sus zapatillas estabas desatados, y un descuido al caminar le valió un resbalón. Tus reflejos fueron rápidos y la tomaste por la mano derecha para evitar su caída.

El guante se resbaló y su caída fue inevitable.

Nuevamente el bombardeo de imágenes en tu mente no te daba tregua.

Y antes de poder decir algo la niña sonrió con sus blancos dientes y te dijo serenamente: “no te preocupes, hiciste lo que pudiste; se cuanto me quieres”. Y tomo su guante de tus manos y se lo puso en la suya. “Solo quería que mi guante dejara de atormentarte”.

Entonces te diste cuenta que su madre no existía y que incluso la niña era falsa.

Era ella. Y regresaba para verte por última vez para calmar tu conciencia atormentada.

Dejaste la niña en la plaza y camino a la oficina, tu mente finalmente quedó en paz.

…y se quemó.

Ella se estaba quemando…

…prendiéndose fuego con una presión que no la dejaba respirar, pero que aún así la llenaba de vida.

Acabás de entender porqué nunca quiere soltarlo. Entre sus brazos siente el calor suficiente para continuar viva.

Sabía que le quedaba poco tiempo… sabía que tiempo era todo lo que ella podía darle… sabía que tiempo era lo único que verdaderamente le pertenecía… que nada de lo que le rodeaba; ni las circunstancias, ni el clima, ni la hora, ni sus ropas las había elegido. Le tranquilizaba saber que había elegido gastar su tiempo con él.

…pero le desesperaba ver que el invierno se aproximaba a sus manos.

Apretó la nariz contra el hombro izquierdo de él, presionó las yemas de los dedos contra su espalda… y se quemó.

Nuevamente tenía que decir hasta luego… e inventar excusas vacías cuando la gente le pregunte “¿por qué siempre tenés las manos heladas?”...

Bifurcación cultural: los mandatos “inquisidores”

Pecamos de hipocresía en muchos aspectos como sociedad. Culturalmente, luego de dos mil trece años, por poner un parámetro, no podemos comprender que el occidente no se puede instaurar en oriente; que las cosas que suceden en el cercano oriente son hechos aislados conformes a una religión y a una idiosincrasia difícil de entender si no se crece en esa cultura definida. Algunos pueden tildar de “primitivas” las reacciones, las guerras civiles, los castigos y la discriminación a las mujeres, pero no vemos el trasfondo de esas situaciones: ellos tienen una idiosincrasia de siglos y siglos, están conformes con esa religión y esa sociedad en la que viven. Aun así, seguimos escuchando el discurso estadounidense de instaurar la “democracia” (acompañada de la “paz”) en estos países, dejando entrever que ellos se consideran los santos inquisidores de esta sociedad moderna, en la cual debemos actuar conforme a lo dispuesto por ellos, por su religión, su sistema político y su idiosincrasia, si es que la tienen. Culturalmente, está instalado el discurso de que lo que verdaderamente busca EEUU son los recursos y que su mayor actividad económica es la guerra, como en los estados antiguos, pero ellos se proclaman abanderados de la modernidad. No hacemos nada con ello, solo lo decimos para después comenzar en la discusión de si está bien o  no entrar en el conflicto de un país totalmente ajeno a sus “supuestos intereses”.  Si usan o no armas químicas, si tienen una dictadura o rige la democracia. No podemos dejar de mencionar el acto fallido de la democracia egipcia, que al fin y al cabo con las idas y vueltas de la gran democracia en el oriente, se cayó y nuevamente desencadenó una guerra civil, muertes y “violaciones”. 

Y nos encontramos con la ONU, la OTAN, EEUU, Rusia, Francia, Inglaterra, Turquía y China decidiendo el destino y cómo será el desenlace de una sociedad que no les compete a ninguno de ellos.

Sin embargo, dejando la porquería de lado, se puede destacar algo de este “occidente”, un país deja entrever una luz de esperanza en estas discusiones religiosas y lo que significa la religión en cada estado. Muchos países se atribuyen un discurso de laicidad pero igualmente siguen sosteniendo económicamente a la iglesia y esta sigue teniendo influencia en el Estado. Esto se terminó por lo menos en un país del occidente. En Noruega se dejó fuera del Estado toda relación con la iglesia, y aunque no se crea, la econsociedadl cultural en nuestrra ro no hacemos una mirada retrospectiva de lo que significa la religi, ya que al parecer los orienómica también. Un estado puede tener el orgullo de decir que es totalmente laico. Esto es un progreso gigantesco, ya que al parecer los orientales son los conservadores, pero no realizamos una mirada crítica de lo que significa la religión a nivel cultural en nuestra sociedad.

PM sigue intentando hacer un Periodismo Cultural serio, dejando en claro nuestras posiciones y lo que pensamos. Nosotros sabemos que pueden haber otras opiniones e invitamos a aquellos que tienen otro pensamiento a opinar. No solo serán escuchadas todas las voces, sino que también serán publicadas todas las posiciones.

Liberación Culta, Liberación Macabra. Palabras Macabras, dilucidando nuestra identidad. 

Usted señálemelo

¿A quién? ¿Por qué? No se señala, es de mala educación m’hijo. Es lo que probablemente escucharás  que te dirán si no saben quienes son. Pero no te preocupes, que los que te pueden llegar a decir esas palabras, cada vez son menos.

Por Vamos Las Bandas Mendoza

Crimen Organizado